La distribución y exhibición de contenido audiovisual a través de Internet se está expandiendo y parece no ser tan malo como en un principio se pensaba.
El streaming permite nuevas posibilidades y algunos las están aprovechando.
Por un lado, directores como Paco León han optado en su primera película por lanzar el producto simultáneamente en salas de cine, DVD y en streaming (a través de Internet).
Por otro lado, los servicios de música streaming están facturando más que la venta de discos físicos. Incluso están haciendo bajar las ventas en tiendas virtuales como iTunes. Además, en esta última, se han empezado a desarrollar nuevas formas de distribución: por ejemplo, U2 regaló su disco a todos aquellos usuarios de iTunes. Sin embargo, esto generó controversia, pues no todos querían tener su disco sin haber dado permiso y, finalmente, tuvieron que dar marcha atrás.
Obviamente, no todo es perfecto. Las descargas ilegales continúan y van a continuar mientras la mentalidad de los usuarios siga prefiriendo lo gratuito sin pensar en los dueños ni en sus derechos; algunos artistas "engañan" a las plataformas con, por ejemplo, canciones vacías (silencio) en Spotify con las que obtener dinero para pagar la producción de un disco; polémica con las políticas, por ejemplo, de Spotify también, por lo que, últimamente, algunos artistas están borrando su música de la plataforma. Esto genera el descontento de los seguidores de esos artistas que migran a otras páginas que, a lo mejor, infringen los derechos de autor.
Por tanto, la tecnología avanza y ofrece nuevas (y buenas) posibilidades siempre que se aprovechen bien y de acuerdo a las normas. También se deben flexibilizar las leyes, especialmente en España, para facilitar las producciónes y evitar que equipos internacionales vengan a rodar a aquí y no vuelvan por las dificultades encontradas.
En definitiva, el streaming está muy bien, pero todavía puede mejorar.
